miércoles, 11 de noviembre de 2009

martes, 10 de noviembre de 2009

La Revolucion Francesa


Se muestra la batalla del pueblo oprimido y hambriento.

La Reina de Francia


 María Antonieta

martes, 3 de noviembre de 2009

Testimonio Final


Por, Sebastian Ibañez
Mañana es el gran día. No sé porque pero lo presiento. Ese rey idiota ya no puede mantener un país de esa manera, la crisis ya nos está afectando mucho, no creo que el pueblo pueda soportarlo más.
La vida en Francia no era la misma antes, mi abuelo me contaba las historias que le contaba su abuelo, historias que uno no puede creer que fueron reales, historias de un pueblo orgulloso de su rey, de su gobierno, de su país. El rey sol del que me hablaba era una persona grandiosa, nada comparable a este rey de pacotilla: mas que interesarle unos vestiditos y unos bailes a él le interesaban tanto la política como el arte, lucho en grandes batallas contra España y contra Inglaterra para mantener la gloria francesa, impulso las artes como ninguno lo había hecho, y principalmente, le dio comida al pueblo francés. Pensando en todas las cosas grandiosas que hico el ¿Por qué los reyes que le siguieron no hicieron lo mismo? Ahora veo miseria en mi amada parís, gente por montón pidiendo comida en las calles mientras pasan lujosos carruajes de desconocidos duques y duquesas. Veo un país en crisis el cual el rey no ha hecho nada para controlarlo, cree que con medidas tan insignificantes que es el cambio de ese ministro de finanzas puede solucionar ese problema, cree que con fiestas y bailes va a arreglar todo, cree que mirando fuera del país puede encontrar la solución. No entiendo cómo puede evitar ver toda la pobreza en el país sabiendo que en cualquier momento puede sr derrocado.
¡La gente ya se esta preparando! Ya no aguantamos más. Ya no lo aguanto más, mi hijo ya no está conmigo pero no voy a dejar que el otro pase por la misma situación. El día ha llegado no se que pasara mañana pero espero que lo que hagamos sea para el bien de Francia. Aunque tengamos a los jacobinos de nuestro lado presiento que no nos serán d gran ayuda más adelante, sus ansias de poder son muy grandes, de ahí mi temor.
Espero que pueda sobrevivir a lo que pasara mañana, pero no lo sabré hasta ver la situación con mis propios ojos. Le ruego a Dios que nos perdone por toda la destrucción que provoquemos en el futuro, porque lo que haremos lo haremos por un futuro prometedor y libre de la monarquía totalitarista de Luis XVI
Anthony Vial
10 de julio de 1789

El régimen del Terror colombiano


Por, Victoria Valdés

Casi todos los problemas en la historia se basan en ideologías. En Colombia uno de los países con más corrupción, guerra y uno de los más felices donde la gente se ríe de su desgracia; hay algo que se puede comparar con el régimen del terror en Francia en el auge de la Revolución.

Cuando Francia el 21 de septiembre de 1792 se convierte en república y empieza a aceptar su dignidad como una nación, aparece la Asamblea donde habían dos grupos significativos: los Girondinos, que eran la clase alta de la burguesía y los Jacobinos, los extremistas, donde también estaba la burguesía baja, el pueblo y los cordeléis. (Los Girondinos eran de derecha y los Jacobinos).



Los Jacobinos y los Girondinos empezaron una contienda, ganando los Jacobinos con un líder terrible que marcó la historia de Francia: Robespierre, quien asume la dirección del Comité de la Salvación Pública.



Este nombramiento de Robespierre como director del Comité desató el famoso régimen del terror; donde cualquier acusación por ser cómplices de actividades antirrevolucionarias podría ir a la Guillotina, específicamente cualquier ciudadano que se encontraba de acuerdo con los Girondinos.




Esto también se ve reflejado en Colombia, donde la guerra entre liberales, conservadores, guerrilla y paramilitares han cobrado muchas vidas inocentes y desatando el terror desde la Violencia bipartidista la cual inicio este conflicto entre bandidos conservadores y liberales matando con machete y pistola a los simpatizantes como dice   y en la actualidad con la guerrilla de las FARC y los paramilitares  de las AUC las cuales atacan a gente inocente y mentándola con moto sierras.

En 1794 derrocan a Robespierre y lo envían a la guillotina, dándole paso al gran Napoleón; pero en Colombia no hay lugar para grandes personajes, porque el escenario principal de nuestro país es de una revolución perdida en la esperanza de los colombianos, donde lo que es llamado revolución es tirar bombas, secuestrar o retener(como lo dice Raúl Reyes en el libro de Alma GuilleroPrieto), matanzas con moto sierras, falsos positivos y por parte del gobiernos gases lacrimógenos para los estudiantes que buscan que los escuchen.



Este es nuestro régimen el de si hablamos nos callan de cualquier manera, pero somos el país más feliz del mundo.


lunes, 2 de noviembre de 2009

LA REINA MARÍA ANTONIA JOSEFA JUANA DE HABSBURGO-LORENA, REINA DE FRANCIA, UNA MUJER DE CONTRASTES

Por, Alejandro Gómez





Siempre se ha dicho que la reina María Antonieta fue una persona superficial, derrochadora y poco inteligente, también se ha asegurado que su libertinaje no tenía límites, hoy quiero exponer a ustedes, lo que considero una serie de supuestos que posiblemente rodearon la vida de ésta reina francesa del siglo XVIII.
Comenzaré por dar un pequeño resumen de su vida. Hija de padres de origen noble, María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena princesa de Hungría y Archiduquesa de Austria, estuvo siempre rodeada de lujos y comodidades; a los 13 años de edad fue prometida por sus padres al rey Luis XVI de Francia, con el fin de limar asperezas y unificar los dos reinos, creando una alianza de paz. Desde niña se le inculcó la educación propia de una princesa y futura reina, siendo obligada a adiestrarse en diferentes campos. Cuándo a sus 15 años se casa con su prometido, es llevada a Francia y de inmediato recibe fuertes críticas por parte de algunos miembros de la sociedad parisina que no ve con buenos ojos la llegada de la nueva princesa.
De la vida de María Antonieta se ha dicho que era una mujer desenfrenada que solía salir de noche a divertirse en las calles de París, pero ¿Acaso no podría una mujer que desde niña fue oprimida por sus padres buscar la libertad que le fue negada? ¿Es posible que su condición de mujer fuera el detonante de tantos rumores? ¿La envidia, no sería una posible causa de dichos murmullos?, para ser sinceros no sabríamos nunca (y a ciencia cierta) la total verdad sobre los comportamientos de la reina, así como tampoco la moral de los que hicieron estas afirmaciones sobre su conducta.
Hay una reflexión que quiero hacer sobre este hecho: si es verdad que María Antonieta llevaba este estilo de vida, no podría ella merecerlo después de tantos sacrificios realizados por su país y su familia, siendo el puente de la paz entre Francia y Austria; no es justo que una mujer que desde niña (y perdiendo de una u otra forma su infancia) se preparó para ser reina tenga un poco de libertad y diversión; para nadie es un secreto que el rey Luis XVI (su esposo) era un intelectual que gozaba más con un libro en la mano que con la compañía de su esposa; no es acaso humano que una persona se sienta sola y encarcelada en su propia vida y quiera tener nuevas experiencias que le den un sentido a su existencia; no es justo que una mujer desee sentirse el centro de atención, admirada y elogiada.


Una verdad que siempre rodeó la vida de la reina, es su enorme responsabilidad con su marido y su pueblo, y aunque fue conocida como una derrochadora de dinero tal vez lo único que quería era llenar con posesiones materiales el vacío que tenía en su alma y en su corazón, pero eso nunca lo sabremos porque no existen indicios escritos que afirmen mi hipótesis. Cuándo comenzó la revolución francesa, miles de personas atacaron a María Antonieta y su labor como reina consorte de Francia, incluso hasta sus “fieles” colaboradores se volvieron contra ella cuándo más los necesitaba. Tanto es el desprecio que sintieron los parisinos por su reina que llegaron a reclamarle al palacio que no había pan que comer y ahí la historia se parte en dos unos historiadores afirman que la reina en forma despectiva dijo al grupo de personas: “Pues que coman Pasteles” hecho que ayudó a acrecentar más el odio del pueblo; pero según otros historiadores la reina solo citó una frase de la Reina María Teresa de Austria que dijo: “Si no tienen pan, que les den el hojaldre en lugar del paté”, la única verdad es que no sabremos si fue la turba que en un ataque de ira entendió mal, o si por el contrario fue la reina la que hablo de modo altanero al pueblo, lo único que sí es seguro es que el odio de los parisinos hacia su reina creció más y más.
Debo destacar algo de la reina María Antonieta, y es el amor y los cuidados de madre que siempre profesó a sus hijos. Hay un hecho que marca la vida de una madre y es ver morir a sus hijos, esto le ocurrió a la reina de Francia, en 1788 muere su hija menor Sofía Beatriz, siendo apenas un bebé y a causa de tuberculosis; y en 1789 muere su hijo José Luis, el segundo de los cuatro retoños que tuvo. La reina siempre se esmeró por inculcar en sus hijos una educación que les permitiera ser consientes y no malcriados, pero el rey se empeñó en hacer todo lo contrario. De la hija mayor de la reina se sabe que vivió hasta sus 73 años y que fue una figura influyente en la vida política de Francia y Austria. De su hijo menor se tiene un dato un tanto más fuerte, ya que este acusó a su madre y a su tía cuándo estaban siendo juzgadas en Francia, hecho que ayudó a consumar sus ejecuciones.

Finalmente la reina María Antonieta es condena a morir en la guillotina el 16 de Octubre de 1793, siendo su cuerpo enterrado y su cabeza exhibida por las calles de París como un trofeo de la revolución y que puso de manera simbólica fin a los excesos de la realeza francesa.
Para concluir, puedo decir que la reina María Antonieta (y a modo muy personal) fue una gran mujer que pese a las circunstancias tuvo desaciertos en su vida, pero que también fue artífice de grandes cosas. Una gran madre, una mujer inteligente y un ejemplo de fuerza y valentía es como recuerdo a la reina de Francia del siglo XVIII.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Una Noche Para Empezar a Morir



Por, María Carolina Ruiz 
 

Después que la tormenta hubiese interrumpido aquella cárcel por toda la tarde, llenando de un aire de tristeza y melancolía todas las celdas de aquel recinto, como la lluvia tiene por función. La noche llegó, tan oscura como las ilusiones de todos los que allí residían, donde no se podía deslumbrar nada, aún así los guardianes no necesitaban de luz alguna, conocían aquel lugar tan fielmente que no necesitaban de ninguna luz para saber cómo iban los pasillos y cómo llegar dentro de ese túnel, a su destino. El silencio maltrataba al aire mismo, y lo único que le quitaba su dureza era un leve murmullo de mujer un poco desesperada, diciendo con voz entre cortada: “Padre nuestro, que estás en los cielos…” de vez en cuando se producía un silencio atroz que parecía cortar el tiempo además del mismo aire, entonces ella seguía con su oración y los guardias podían volver a respirar con tranquilidad.  

María Antonieta en un rincón de su celda, su nuevo hogar desde hacía meses, rezaba desesperada sabiendo que esa sería su última noche con vida, le acariciaba suavemente la cabeza al delfín, mientras que sus lágrimas se derramaban suavemente sobre sus mejillas pálidas, aún lloraba por la muerte de su esposo en  la guillotina 10 meses antes, y sólo pensaba en su cabeza separada de su cuerpo al día siguiente, y sus hijos llorando su muerte. No podía dejar que la desesperación la consumiera, pero las oraciones parecían no tener ayuda, aquella noche parecía ser la más oscura y la más larga de todas, desde que dormían en aquel lugar. Era la noche en la que se despediría del mundo y todo lo que amaba de este.

La realidad es que ya no le importaban las cosas materiales que algún día tuvo, como Reina de Francia, esa noche lloraba al pensar que dejaría huérfanos a sus pobres dos hijos, ellos que tenían como responsabilidad volver a la normalidad a su país y empezar a gobernar nuevamente, ya sin dictaduras que maltrataran a su pueblo y la libertad de cada uno de los habitantes. Ellos ya habían aprendido la lección, lo primero que debían hacer era ayudar a los menos favorecidos, a los más pobres, pues eran ellos los que le daban a la corona la nobleza que en verdad valía la pena.   


En las celdas había rumores de varios, que como su esposo, el Rey, habían sido enjuiciados y ejecutados en la guillotina, nadie podía estar a favor de la familia real porque conllevaría quedarse sin cabeza. Ya muchas madres, y muchas esposas lloraban a sus hombres, que compartían la injusticia que se le hacía al rey y a su familia, ahora como en esa noche, toda Francia que estaba a favor de los reyes era sólo silencio. Los opositores, que como principio tenían la igualdad, la fraternidad y la justicia,  se jactaban de querer condenar a la Reina, por todo el daño que ella le había hecho al pueblo hambriento de Francia, porque con ello acabarían con la familia real y así lograrían ser un pueblo libre.

Empezó a amanecer, el dolor crecía en el corazón de María Antonieta, y mientras el tiempo en su recorrido infernal seguía, ella contaba cuántos serían los últimos latidos que daría su corazón, empezó a tomar fuerza, al salir el sol, llamó a sus hijos y con una voz de general, les dijo que ellos jamás podrían dejar que su pueblo sufriera todo lo que ella y su padre habían dejado, lo primordial era la comida del pueblo, y luego se vería como se ayudaba al resto de naciones que deseaban independizarse, ella siempre estaría en su corazón, y en la eternidad del infinito estaría sus ojos pendientes de cuidarlos. Pero que debían tener fuerza, pues ella no volvería y sólo tenía aquel momento para recordarles cuánto los amaba.

Las rejas se abrieron, dos guardias la tomaron de los brazos y se la llevaron amarrada de manos. Al salir, el sol la encegueció pero eso no le hizo ignorar los aplausos y las aclamaciones del pueblo francés, todos los que estaban allí deseaban su muerte. Cuando por fin estuvo al frente de la guillotina, detrás del sol, pudo ver a toda la gente que se encontraba esperando su fin, se les pidió algunas palabras, ella dijo “nada” y seguidamente le quitaron el turbante que le cubría su cabellera, de hay salió un mechón blanco como la ceniza, sus rizos dorados como el sol se habían difuminado, dejando un pelo tan pálido como la misma cara de la Reina.

Entonces la agacharon y en un solo segundo sin esperar a que el público tomase aire, la cabeza desprendida cayó al suelo con un golpe fuerte y estruendoso, el verdugo levantó la cabeza de la Reina, pero en vez de que hubiese alguna algarabía, los franceses hicieron un minuto de silencio, al darse cuenta que la muerte en realidad no dejaba ningún sentimiento de libertad, sino que más bien dejaba un sabor amargo y sofocante en mitad de la garganta, en realidad no había sido necesario de matar a esta mujer.