Por, Alejandro Gómez
Siempre se ha dicho que la reina María Antonieta fue una persona superficial, derrochadora y poco inteligente, también se ha asegurado que su libertinaje no tenía límites, hoy quiero exponer a ustedes, lo que considero una serie de supuestos que posiblemente rodearon la vida de ésta reina francesa del siglo XVIII.
Comenzaré por dar un pequeño resumen de su vida. Hija de padres de origen noble, María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena princesa de Hungría y Archiduquesa de Austria, estuvo siempre rodeada de lujos y comodidades; a los 13 años de edad fue prometida por sus padres al rey Luis XVI de Francia, con el fin de limar asperezas y unificar los dos reinos, creando una alianza de paz. Desde niña se le inculcó la educación propia de una princesa y futura reina, siendo obligada a adiestrarse en diferentes campos. Cuándo a sus 15 años se casa con su prometido, es llevada a Francia y de inmediato recibe fuertes críticas por parte de algunos miembros de la sociedad parisina que no ve con buenos ojos la llegada de la nueva princesa.
De la vida de María Antonieta se ha dicho que era una mujer desenfrenada que solía salir de noche a divertirse en las calles de París, pero ¿Acaso no podría una mujer que desde niña fue oprimida por sus padres buscar la libertad que le fue negada? ¿Es posible que su condición de mujer fuera el detonante de tantos rumores? ¿La envidia, no sería una posible causa de dichos murmullos?, para ser sinceros no sabríamos nunca (y a ciencia cierta) la total verdad sobre los comportamientos de la reina, así como tampoco la moral de los que hicieron estas afirmaciones sobre su conducta.
Hay una reflexión que quiero hacer sobre este hecho: si es verdad que María Antonieta llevaba este estilo de vida, no podría ella merecerlo después de tantos sacrificios realizados por su país y su familia, siendo el puente de la paz entre Francia y Austria; no es justo que una mujer que desde niña (y perdiendo de una u otra forma su infancia) se preparó para ser reina tenga un poco de libertad y diversión; para nadie es un secreto que el rey Luis XVI (su esposo) era un intelectual que gozaba más con un libro en la mano que con la compañía de su esposa; no es acaso humano que una persona se sienta sola y encarcelada en su propia vida y quiera tener nuevas experiencias que le den un sentido a su existencia; no es justo que una mujer desee sentirse el centro de atención, admirada y elogiada.
Una verdad que siempre rodeó la vida de la reina, es su enorme responsabilidad con su marido y su pueblo, y aunque fue conocida como una derrochadora de dinero tal vez lo único que quería era llenar con posesiones materiales el vacío que tenía en su alma y en su corazón, pero eso nunca lo sabremos porque no existen indicios escritos que afirmen mi hipótesis. Cuándo comenzó la revolución francesa, miles de personas atacaron a María Antonieta y su labor como reina consorte de Francia, incluso hasta sus “fieles” colaboradores se volvieron contra ella cuándo más los necesitaba. Tanto es el desprecio que sintieron los parisinos por su reina que llegaron a reclamarle al palacio que no había pan que comer y ahí la historia se parte en dos unos historiadores afirman que la reina en forma despectiva dijo al grupo de personas: “Pues que coman Pasteles” hecho que ayudó a acrecentar más el odio del pueblo; pero según otros historiadores la reina solo citó una frase de la Reina María Teresa de Austria que dijo: “Si no tienen pan, que les den el hojaldre en lugar del paté”, la única verdad es que no sabremos si fue la turba que en un ataque de ira entendió mal, o si por el contrario fue la reina la que hablo de modo altanero al pueblo, lo único que sí es seguro es que el odio de los parisinos hacia su reina creció más y más.
Debo destacar algo de la reina María Antonieta, y es el amor y los cuidados de madre que siempre profesó a sus hijos. Hay un hecho que marca la vida de una madre y es ver morir a sus hijos, esto le ocurrió a la reina de Francia, en 1788 muere su hija menor Sofía Beatriz, siendo apenas un bebé y a causa de tuberculosis; y en 1789 muere su hijo José Luis, el segundo de los cuatro retoños que tuvo. La reina siempre se esmeró por inculcar en sus hijos una educación que les permitiera ser consientes y no malcriados, pero el rey se empeñó en hacer todo lo contrario. De la hija mayor de la reina se sabe que vivió hasta sus 73 años y que fue una figura influyente en la vida política de Francia y Austria. De su hijo menor se tiene un dato un tanto más fuerte, ya que este acusó a su madre y a su tía cuándo estaban siendo juzgadas en Francia, hecho que ayudó a consumar sus ejecuciones.
Finalmente la reina María Antonieta es condena a morir en la guillotina el 16 de Octubre de 1793, siendo su cuerpo enterrado y su cabeza exhibida por las calles de París como un trofeo de la revolución y que puso de manera simbólica fin a los excesos de la realeza francesa.
Para concluir, puedo decir que la reina María Antonieta (y a modo muy personal) fue una gran mujer que pese a las circunstancias tuvo desaciertos en su vida, pero que también fue artífice de grandes cosas. Una gran madre, una mujer inteligente y un ejemplo de fuerza y valentía es como recuerdo a la reina de Francia del siglo XVIII.
Muy acertado el análisis, critico de la historia de la Reina María Josefa Juana de Hasburgo Lorena (María Antonieta), que para la época ante tantas desigualdades sociales, políticas y culturales, y un legado monárquico, imperante, no dejó el desarrollo pleno de una adolescente, y quien debe asumir una nación, con grandes esperanzas de cambios, y por confiar en personajes de mala fe, e inexperiencias de mando, asume posiciones desacertadas. mas sin embargo, sus bondades de madre le brindan gran honor a su vida
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